LED (diodos emisores de luz) utiliza longitudes de onda de luz de color que penetran en la piel. No se confunda con los láseres, que son más potentes, la terapia de luz LED es una forma suave pero efectiva de tratar su piel. Hay diferentes colores de luz que tratan diferentes preocupaciones, siendo el más popular el azul para matar las bacterias (ideal para el acné adulto) y el rojo para estimular el colágeno, curar y en general dar un impulso de salud a la piel.
Las luces generalmente se administran a través de una máscara, un panel que se coloca sobre la cara o una varita que puede apuntar a ciertas áreas de la piel.
Al ofrecer los beneficios de la luz solar, sin los dañinos rayos UV, así como la lucha contra el acné y los efectos antienvejecimiento, la terapia de luz está transformando nuestro enfoque del cuidado de la piel. Como un tratamiento no invasivo, indoloro e incluso que mejora el estado de ánimo, se ha convertido rápidamente en uno de los favoritos entre los aficionados y los facialistas.
La terapia de luz no es dañina y es segura incluso para la piel más sensible, a menudo ayuda con los problemas que surgen debido a la sensibilidad. Cuando recibe tratamiento antes de exponerse a la luz solar, ayuda a prevenir daños, ya que las nuevas células estimuladas actúan como una capa protectora. No hay problemas causados por tomar el sol antes del tratamiento y no hay que preocuparse por la hiperpigmentación.
La terapia de luz LED no duele. Tu piel se calienta, seguro, pero nada doloroso o incluso incómodo.
